sábado, 26 de abril de 2008

Una pequeña historia no-real de la realidad.

La verdad es que nose por donde empieza esta historia, la verdad es que nose nada de esta historia, recuerdo que un tipo medio cochino me la contó hace ya mucho, en realidad no me la contó yo lo ví contandole la historia a un tercero, y la escuche por error o destino.
Me carga el arte conceptual, hablar de vanalidades que solo entienden los mismos artistas es una desgracia ya que el arte es y se debe al público que lo lee, pero con esto me desvie un poco del asunto que me lleva a escribirles.

Les decía que los señores conversaban airadamente, energicamente diría yo, sobre esos comentarios turbios que a veces se pone a conversar la gente, existencialismos puros, cosas que tienen el mejor sentido, pero que cuando se ponen a discutir con otro sacan ronchas por estar hablando y concensuando los terminos de la discusion, ellos hablaban de esos temas.

Yo miraba detenidamente sus gestos mientras hablaban y discutian, ellos no me veían, estaban tan sumidos en su discusion que solo tenian ojos para ellos mismos. No para mí.

Los entes discursores hablaban, ya lo dije, y hablaban mucho. Pero no tanto como yo los veía, ellos hablaban más (demás esta decir que no entraré en detalles de las discusiones vanas que ellos tenían) discutían, solo discutían hasta que llego un punto en que los dos puntos de vista chocaron de tal forma que ya eran irreconciliables, no podían limitarse a discutir solamente, y no lo hicieron, el uno cayó al otro, el otro cayó al uno, los dos callaron, la conversacion relevante solo para ellos mismos quedo en ser irrelevante, nadie supo de que hablaban, creo que ni ellos mismos saben de que hablaban, solo se dieron cuenta que llevaban muchas horas hablando y de pronto no hablaron más, el silencio se tomó la escena, el silencio no hablo nunca más, se silenció todo el silencio... Se silenció.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un poco engorroso el tema pero entendible solo que cuando silencian mas tema queda