Una vez escribi sobre un paradero
estaba en la esquina donde yo nunca iba
una esquina que por si sola da mala apariencia
pero me daba pena esa paradero
no el paradero, la gente que lo habitaba
las personas que por ahi transitaban diariamente
y ver como se llenaba de abuelitos y perros compañeros
en ese poema contaba la historia de este paradero
relataba que era un paradero situado en la esquina
con dos vigas verticales y un techo sobremontado
y le contaba, además, que no era un paradero como todos
era el paradero donde se juntaban los perros y los viejos
y que un día de esos el paradero sucumbió, cayó
el perro alcanzó a huir, arrancó con las pocas fuerzas
el viejo lo dudo. Tirado, enterrado, sepultado, derrumbado
en esa que fue su casa, por días lluviosos, días calurosos
por noches frías, por noches calurosas, noches tibias
como lo es ahora, veo el paradero abajo, abajo el viejo
Era triste la historia, casi veridica, casi falsa, casi real
pero una cosa es verdad: el paradero y esa descripcion
los viejos y los perros tambien, aunque ya no se juntan tanto
algunos por designios de la muerte, otros por sus familiares
los perros se buscaron otro hogar, se alejaron ya
la verdad, el paradero no cayó, pero sirve para decir cosas
cosas como por ejemplo: el viejo y el perro
ellos están ahí, tú tambien, yo inclusive
pero nadie los ve, yo no me veo, tu no te ves
resiste, la ceguera es momentanea, pronto pasará
La ceguera es momentanea, pronto pasará.
1 comentario:
los paraderos son iconos de nuestra ideocincracia por eso hay historias como esta
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