La Chela, como la Pita, como la Vay
cualquiera de ellas, edad desconocida
todas, pero todas sin casi
creen en el regalo, como intercambio
y son ellas, por naturaleza, caprichosas
de querer todo lo que muestra
la caja, la ventana,la empleada
un dulce, un camisón, una flor, un vestido
y ella ríe, sus ojos se iluminan, su cara brilla
capaz de alumbrar
los grises recodos
de la ciudad apagada
ciudad que se complce
con su 40 % democracia participativa
con sus autos puntales tecnológicos
sus loft
sus departamentos con conserje
sociedad inspirada
solo en 10% de raza aria
solo en su único estilo de vida
solo y ningún otro
solo Kike Morandé es rey y lider
ejemplo a seguir // sacadas de madre
y ellas miran la ventana llena de vestidos
soñando entregarlo todo por uno de esos...
La Chela despierta su día
despeinada, con los ojos pegados, camina lento
((( todavía tiene sueño )))
-eso que llaman semisueño-
no hay mucho glamour, en lo que lleva puesto
unos short gigantes, empequeñecen sus piernas
una remera enorme que desdibuja sus pechos
y su pelo,su desordenado pelo
prende la TV, u otra pantalla
tan habitual como abrir los ojos
tan natural como respirar
La Pita también viene despertando
los rayos impertinentes le roen los ojos
se inflan, se hinchan
también no hay glamour a las 6.30
su pelo es batalla mundial
pero resignada y a ciegas
busca su escasa dignidad
un bluyin acondicionado a lo actual
así, dibuja su fashion-ist personalidad
Más joven y más vieja a la vez
Vay se despierta, ha pasado el programa matinal
no hay cálculos, ni puntuación en su curriculum
tampoco hay glamour
papá y mamá no están, casi nunca
ni cuando estaban
busca ropas para el día
olorosa algunas, da vuelta otras
saca algo de su hermana chica, no le queda
su ropa ya no es digna
ni de Mekano, ni de trapero, aunque allí quedo
ahí ha ido a parar la mayoría
igual la silban,digna
pantalones short recortados
(((afortunada)))
que está de moda: el reciclaje
no hay lentes, no cremas, no pinturas
no hay nada femenino
más que la belleza femenina en bruto
que aunque bella cuesta
y no la miras y la miras a la vez
enternecido y aborrecido
ella camina digna, se para, se junta
con sus amigas en la esquina.
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