martes, 26 de mayo de 2009

El Buen Amante

Un buen amante no se define solo, es la total expresión de confianza depositada en él. Un buen amante es la respuesta de la persona a la cual le depositamos nuestro afecto cuando nos comenta que lo hacemos bien, o en casos, excepcional. Un buen amante es cuando nos dicen que la volvemos loca.

¿Pero que técnicas ocupamos para ser un buen amante?

Pondré mi caso personal, me topé con un amor a primera vista, de esos amores que no pasan nunca, nuestra relación fue muy significativa, de mucho apoyo mutuo y comprensión, basada en la confianza y el respeto mutuo, ella me contaba como era su vida y yo le trataba de contar las mías, como suele pasar en todas las relaciones, la quise, la querré por siempre. Ella es una persona que me ha enseñado y me ha dejado como el amante que soy ahora, a tal punto de jactarme de ello y sentir, realmente, que soy una persona capaz de hacer a una mujer sentir como ella nunca pudo sentir, al punto de aprovecharme de ello y hacerle el amor, después de eso, lo presentía, ella no podría dejar ese fabuloso mundo en que nos vemos envueltos cada vez que juntamos nuestros cuerpos desnudos en alguna cama, ya sea la suya, ya sea la mía.

¿Qué es lo que hago que resulta que ella dice que sería capaz de volver loca a cualquier mujer?

Mi rutina sexual tiene varios elementos, que a veces se omiten o a veces se agregan dependiendo del caso, por ejemplo: todo empieza por un beso, no cualquier beso común, un beso apasionado, mucha lengua, y saliva arrancada a jirones de su boca, lengua recorriendo la boca, su dentadura, jugueteando con la lengua, al mismo tiempo que le aprisiono una nalga de su trasero, porque simplemente me gusta, o le toco un seno. Después de eso, viene el próximo paso qué es lamer sus senos, calmada y tiernamente, jugueteando mi lengua con su pezón, a besos con la circunferencia de su pecho, saltando al otro seno, misma técnica, juguetear calmada y tiernamente con su pezón, rodearlo con mi lengua, succionarlo, morderlo suavemente, todo mientras mi mano sigue fija a su trasero o cambia de nalga o aprisiona su trasero completo llevándome a sentir mi mano llena de todo su cuerpo; luego puede ser un masajeo del clítoris, como preparando a lo que vendrá, que en sí es todo desde el beso hasta llegar a la penetración, ya sea con la mano o la lengua, si es con la mano, cuesta ubicarse un poco, primero ubicó la vagina y los labios inferiores y superiores y después me dirijo a su clítoris que está arriba de sus labios; si es con la lengua (sexo oral) uno está viendo donde está ubicado el clítoris y se dedica a ello

¿Cuánto demora cada paso?

Lo suficiente como para avanzar, la verdad es que cada paso tiene por derecho propio y razón de ser extenso y dedicarle mucho tiempo y cuando creamos que la mujer está lista, no paremos y debemos seguir. La idea primordial es que su vagina se dilate para el momento de la penetración. Desde el beso apasionado hasta el lamer el clítoris debemos tener eso en cuenta, por ese motivo mis últimas relaciones sexuales pueden durar 2 horas fácilmente, a tal punto de cuando llego a la tercera relación ya estoy exhausto y me cuesta mantener la erección porque mi cuerpo ya no necesita más sexo. Un día terminamos cerca de las 6 mañana, como muchas otras veces, iba en la tercera relación y perdí la erección, intenté terminar lo más honorablemente que se puede terminar, procurando siempre que ella sintiera y quedara satisfecha y no me lo reprochara al día siguiente, una mujer insatisfecha es una amenaza constante a la vida del hombre, logré recuperar la erección después de volver a lamer su clítoris, porque me gusta su sabor y que me quede toda la boca mojada, después de eso siempre le doy un beso para compartir fluidos y el sabor por sobre todo, mismo me pasa cuando ella me hace sexo oral (cosa que en lo personal no me agrada tanto, pero si me gusta, porque quedo inmóvil mientras ella trabaja)
Creo que una relación sexual plena es la relación donde ambos hacen sentir al otro y procuran darse placer mutuamente, obviamente el hombre tiene que procurar despertar todo el deseo a una mujer antes de penetrar y la posterior eyaculación porque ella debe abrirse mucho más lentamente al sexo que lo instantáneo que resulta para el hombre el mismo proceso, eso debido a que su sexo se encuentra en el interior de su cuerpo, no hablo de sus genitales, el deseo que ella siente está dormido en el interior de su cuerpo, de su mente; mientras que el hombre solo necesita un beso para excitarse y penetrar la mujer necesita todo un trabajo previo para llegar a la penetración.
Sigamos con nuestro recorrido, después de lamer su clítoris el tiempo suficiente para que ella se dilate y relaje y este lista para el momento de penetrar, hago lo siguiente: le pregunto a ella si quiere algo más que quiera que le haga, generalmente ella me pide más atención a los senos, lo cual lo hago porque me gusta todo lo que sea lamer su cuerpo, a veces lamo todo su vientre, otras veces lamo su trasero, que realmente me gusta, a veces termino rindiéndome a sus senos y los apreso, como lo muestran muchos videos pornográficos, que en eso si ayudan, solo para tener mayores ideas de que cosas me gustaría hacer, luego se las propongo y si le parece las hago; después de apresar sus senos los lamo intermitentemente, a segundos, y beso o lengüeteo toda la circunferencia de su pecho, como para quitarle un poco de placer y después devolvérselo a la siguiente jugada, cosa que hace que en ella aumente el deseo por eso que se le prohibió en un principio, cosa tal hacía en un principio de mi relación con ella, le daba un beso y le rehuía dos o tres para que el cuarto beso fuera mucho más efusivo y salvaje. Bajo el mismo precepto, resulta más gratificante dejar de hacer algo y fijar la atención en otra parte de su cuerpo para después volver con más bríos sobre la parte que en un instante previo habíamos dejado de lado, eso hace que nuestras caricias sean mucho mejor recibidas y gratificadas que si lo hacemos de una forma plana. A una relación sexual hay que darle altos y bajos para que esos bajos aumenten la pasión y la efusividad del próximo alto que vendrá.
Después de lamer por segunda vez sus senos ella estará en condiciones de la penetración, siempre en ese instante, hago la pausa y le pregunto, generalmente ella me dice “quieres entrar” o algo por el estilo.
Una vez adentro, el ritmo tiene que ser uniforme, constante e increccendo, sin extremar fuerzas en los primeros vaivenes para que a los últimos movimientos no nos falten las fuerzas y, por fin, podamos preocuparnos de nuestro propio placer. Debemos tener mucho cuidado en el ritmo que le damos a la penetración, si le damos un ritmo demasiado rápido, nuestra penetración durará poco y eso, a ella, no le gustará, quedara insatisfecha y nos pedirá explicaciones, debemos saber nuestros propios ritmos para llegar a la eyaculación lo suficientemente después como para asegurarnos que ella disfrute de la penetración tanto como nosotros, si sentimos esa corriente que nos está bajando desde el bajo vientre disminuyo el ritmo, es una señal de que debemos bajar el ritmo del coito, cambiar de posición o parar pidiendo un segundo aire y retomar las embestidas de un modo más lento, puede ser una buena táctica llegar al fondo de la vagina lentamente, de modo que sintamos como ella se retuerce de placer cuando lo hacemos y dé unos pequeños quejidos de placer. Luego, cuando haya pasado un buen rato, lo suficiente para los dos, podemos buscar nuestra propia liberación de energía.

Una vez ella me pregunto como sabía cuando iba a eyacular y como controlaba eso, esto porque ella, al igual que todas las mujeres, sentía temor de que yo eyaculara dentro de ella en la fecha incorrecta y la dejara embarazada. Le dije que la sensación de eyacular se asemejaba a un termómetro antiguo con la esfera en la parte superior, siendo la barra roja que mide, nuestro nivel de fuerzas y la propia sensación de eyacular, esa sensación es la corriente que nombre anteriormente, entonces para eyacular el hombre lo que tiene que hacer es que tanto las fuerzas, como la corriente lleguen juntas a la esfera del termómetro, en ese momento el hombre eyacula.
De modo contrario el termómetro empieza de cero a llenarse de esa energía, por eso la importancia de conocer nuestros ritmos y cuanto duramos con ellos, si sentimos la corriente y sabemos que la penetración ha sido demasiado corta, debemos retraernos y tomarnos un segundo aire, parar por dos segundos y seguir lentamente o pedir cambiar de posición. Después de los minutos que queramos que dure nuestra relación, podemos liberarnos de nuestra propia presión por eyacular.

Sucede, con respecto a este tema, que una vez, de esas tantas veces, andaba yo sin condones en el bolso, grave error dirían ustedes, lo pensé y me dije: “inventaré alguna forma de solucionar este problema”, ya que, obviamente, no podía eyacular dentro de ella y eso de andar tirando semen por todas partes no lo encuentro muy higiénico que digamos, así que la solución que se me ocurrió fue la de aguantarme de eyacular. A simple vista esto puede resultar demasiado fácil, pero análisis previo, el hecho de controlar la eyaculación significa que estás impidiendo que la energía que te hace eyacular sea liberada y la contienes en tu cuerpo, entonces esta energía queda en suspensión y abre tus sentidos, tu sensibilidad sexual, a un extremo en que todo el medio ambiente te erotiza, te seduce y te calienta, porque no, esa alta sensibilidad que andas cargando te hace experimentar una simbiosis, una comunión permanente con el ambiente, con el aire, en el medio de transporte, todo te transporta a esas sensaciones propias de las relaciones sexuales pasadas que te llevaron a este estado. Sí, controlarse cuesta, de esta nueva experiencia se da como resultado una relación sexual mucho más calmada y no tan vertiginosa, pero no menos candente ni sensual ni buena, es simplemente una relación sexual más calmada, más sensitiva y más conectada con la pareja, más preocupada por ella y más preocupada por ti.

Después de eso, como a mí me pasa que mantengo la erección si me incitan un poco, puedo seguir con un segundo intento de relación, buscando su máximo placer y una segunda eyaculación, que por lo demás, vendrá más tardía que la primera, ya que siempre la primera eyaculación es poderosa y quiere liberarse pronto, empiezo el juego de nuevo, desde su espalda quizás, disfrutando de su trasero o de tocar sus senos, dando besos furtivos a la piel. Siempre la segunda relación es más relajada, más duradera, por eso me gusta seguir y no parar, además que biológicamente mi cuerpo me acompaña y no tengo que esperar media hora como algunos hombres, empiezo de cero y hago que ella que extasiada de sexo. Sienta que me entrego profundamente a ella, laboriosamente a ella y que me preocupo porque ella sienta y quede satisfecha por lo que está sintiendo.

El resto, es la misma rutina. Agregarle lo que queramos agregar y siempre tener en cuenta que ella necesita mucho más tiempo que nosotros para llegar a la penetración, las mujeres son contrarias al hombre, cuando nosotros necesitamos sexo ellas necesitan de romanticismo, ellas necesitan del romanticismo para abrirse al sexo, nosotros necesitamos del sexo para conectarnos con el romanticismo, en otras palabras, ellas están conectadas con sus sentimientos siempre y necesitan esa demostración de afecto para sentirse seguras de entregarse al sexo. En cambio, los hombres necesitan del sexo para conectarse con lo más profundo, con sus sentimientos.

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