martes, 14 de julio de 2009

Me hubiese gustado ser amigo de la franciscana

Me hubiese gustado ser amigo
de la persona que hablaba de animales,
cuál franciscana y con hawaianas
abrazaba palmeras en agosto helado
-un día desapareció su esencia-
suave risa se transformó en llanto,
el llanto amargo se llenó de ira
y la ira me cegó de todo esto que hablo.

La persona que hablaba de animales
cuál franciscana que era,
que me hablaba de ser buena persona
amante de animales, mujeres y niños
terminó recluida en su propio llanto, ira, ceguera
nunca sabré hasta cuando,
nunca sabré quien era, nunca quién fue.

Esa franciscana maniática,
que besaba y gemía como magdalena
abrazaba palmeras, escondía novios, temía
cono toda la edad en su claustro
no cortaba el yugo con la superiora
superiora, que cansada y gastada
y todo
tenía más poder que un vaticano
y un papa beatificado en su sepulcro
y una santisima trinidad despiadada
que no la dejaba amar como María negra.

Me hubiese gustado ser su amigo
por lo católico que me sentía
tomando el rosario de sus pechos, mordiendo
y sobre todo, porque después de todo
yo era capaz de hacerla gemir y cambiar
de parecer aunque no quisiera
como dos perros callejeros
conejos folladores, marmotas asesinas
mapaches violadores.

Me divertiría tanto con ella ahora
supiera que escribo este poema:
mitad rabia, mitad risa, mitad odio
mitad pena, mitad risa
y la otra mitad me la dejo después
juro que se reiría tanto, tanto de todo.

Siempre supe que somos personas grandes
y que podríamos reírnos mucho de eso
incluso de esto, y eso otro.

De los queridos animales,
la zorra mojada,
el conejo follador,
el perro caliente,
la marmota asesina,
el mapache violador,
y todos los otros que ella
tanto amaba.

Son sus animales tiernos,
cuál escuadrilla de mascotas amorosas,
quizá no muy romántico, pero amoroso
como un felino agosto, primavera animal
enciende, moja, excita sus feos cuerpos
los lleva al frenesí del descubrimiento
de la exploración, cambio de posición.

Me gustaría ser amigo de la amante
y ser, a lo mejor, un animal más
en su orgía zoofílica, en su fiesta desenfrenada
y parecer cual animal, de circo o zoológico
da igual, ella los quería a todos...
¡Las aves, especialmente las aves!
- de picos normales, no muy voluminosos-

Pero la franciscana no hablaba de animales
ella solo bailaba con la música:
-a lo mejor era un rito selvático-
del mono Bowie o la yegua Gwen.


Rakso - 2009

1 comentario:

Unknown dijo...

ahora si q te denuncio!!!

jaja wen poema wn, me gustó caleta, sólido!!

Un abrazo grande,

Espergol