Por Rakso González.
En la juventud, cuando hablamos de esa etapa de vida, en nuestro imaginario, en el imaginario que nos han inculcado las distintas instituciones de esta sociedad, se nos viene a la mente la idea de celebración y eso conlleva irresponsabilidad, inmadurez también es otro termino asociado a la juventud.
He aquí el problema vital por el cuál a los jóvenes se les excluye de tomar decisiones, he aquí porque el intercambio generacional no se hace de una manera más expedita. La generación saliente considera, y por razones obvias, adopta una posición paternalista en el trato con la generación entrante, esto genera un choque generacional, una discusión sobre el tema y un no ponerse de acuerdo, debido a ese paternalismo conque se realiza la discusión.
En esas condiciones, a los jóvenes les es más difícil insertarse en la sociedad, debido a que estamos en presencia de una discusión que no se lleva en los mejores términos y debido, además, a que la generación saliente no ve una preparación adecuada de parte del intercambio generacional que representan los jóvenes.
Es de suma importancia, en esta situación, dar a conocer a todos los actores de esta discusión y que alguna parte dé ese paso arriba, examine y proceda con entereza para así avanzar en los temas tratados. En otras palabras, los actores de la discusión deben hacer esa pausa en la conversación, hacer el examen y de ahí proceder de mejor manera, procurando siempre arreglar todo lo mal cometido, corrigiendo los errores y acelerando el cambio generacional para que así no se produzca una incongruencia generacional, lo que, de producirse, tendría consecuencias lamentables y que, sin lugar a dudas, nos haría retroceder y, en definitiva, perder tiempo valioso en nuestro avance como sociedad.
En este llamado, debemos procurar que los jóvenes nos reunamos periódicamente, en las condiciones que estimemos adecuadas, sin importar los escenarios en que nos situemos, sin importar la escena misma, lo que si importa aquí es ponernos de acuerdo en como avanzar en el recambio generacional, como acelerar ese proceso, que cosas cambiaremos y que cosas mantendremos, que mundo queremos construir y que mundo queremos dejar a los que nos precederán. Eso es importante por ser una regla de convivencia natural que nos impone la historia misma, nuestra condición de seres humanos histórico-sociales y, en mayor medida, nuestro deber de dejar el mundo mejor de cómo lo encontramos.
¿Cómo será la próxima vez que nos veamos? Los temas están lanzados a la mesa, debemos ponernos de acuerdo y actuar, todos estamos llamados a eso y estamos llamados porque es nuestro deber como personas del mundo que somos, nuestra existencia no es una mera casualidad, no es un azar, no estamos en esta vida por coincidencia o mero antojo de nuestros padres, estamos porque ellos quieren que se preserve la especie, y es ese preservar la especie el que nos llama y nos exige cumplir con nuestro mandato.
He aquí el problema vital por el cuál a los jóvenes se les excluye de tomar decisiones, he aquí porque el intercambio generacional no se hace de una manera más expedita. La generación saliente considera, y por razones obvias, adopta una posición paternalista en el trato con la generación entrante, esto genera un choque generacional, una discusión sobre el tema y un no ponerse de acuerdo, debido a ese paternalismo conque se realiza la discusión.
En esas condiciones, a los jóvenes les es más difícil insertarse en la sociedad, debido a que estamos en presencia de una discusión que no se lleva en los mejores términos y debido, además, a que la generación saliente no ve una preparación adecuada de parte del intercambio generacional que representan los jóvenes.
Es de suma importancia, en esta situación, dar a conocer a todos los actores de esta discusión y que alguna parte dé ese paso arriba, examine y proceda con entereza para así avanzar en los temas tratados. En otras palabras, los actores de la discusión deben hacer esa pausa en la conversación, hacer el examen y de ahí proceder de mejor manera, procurando siempre arreglar todo lo mal cometido, corrigiendo los errores y acelerando el cambio generacional para que así no se produzca una incongruencia generacional, lo que, de producirse, tendría consecuencias lamentables y que, sin lugar a dudas, nos haría retroceder y, en definitiva, perder tiempo valioso en nuestro avance como sociedad.
En este llamado, debemos procurar que los jóvenes nos reunamos periódicamente, en las condiciones que estimemos adecuadas, sin importar los escenarios en que nos situemos, sin importar la escena misma, lo que si importa aquí es ponernos de acuerdo en como avanzar en el recambio generacional, como acelerar ese proceso, que cosas cambiaremos y que cosas mantendremos, que mundo queremos construir y que mundo queremos dejar a los que nos precederán. Eso es importante por ser una regla de convivencia natural que nos impone la historia misma, nuestra condición de seres humanos histórico-sociales y, en mayor medida, nuestro deber de dejar el mundo mejor de cómo lo encontramos.
¿Cómo será la próxima vez que nos veamos? Los temas están lanzados a la mesa, debemos ponernos de acuerdo y actuar, todos estamos llamados a eso y estamos llamados porque es nuestro deber como personas del mundo que somos, nuestra existencia no es una mera casualidad, no es un azar, no estamos en esta vida por coincidencia o mero antojo de nuestros padres, estamos porque ellos quieren que se preserve la especie, y es ese preservar la especie el que nos llama y nos exige cumplir con nuestro mandato.
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